Contenido desplegable

Lugar de enterramiento

Jerusalén

Fecha de fallecimiento

11 Adar

El Jida - Rab Jaim Yosef David Azulai

Cabalista que estudió los secretos de la Torá y escribió más de 50 libros: Rabí Jaim Yosef David Azulai.

Rabí Jaim Yosef David Azulai (Jida) nació en 1727 en Jerusalén. Su padre era el rabino Rafael Yitzchak Zarhia. El abuelo del Jida era el rabino Abraham Hevron, autor del libro 'Chesed LeAbraham', que provenía de una familia de sabios de la ciudad de Castilla y estaba entre los deportados de España.

En 1743, el Jida estudió en la yeshivá del rabino Jaim Ben Atar (el autor de Or Hajaim) e incluso sirvió como sacerdote en el santuario del rabino Itzjak HaCohen Rappaport, autor del libro 'Beit Kahonah' y jefe de la Yeshivá 'Beit Yaakov'. Durante este periodo bebió de la Torá de los grandes de aquella generación, y el que luego se convirtió en el rabino definitivo no es otro que el rabino Yona Navon, el autor del libro 'Nachapa Be Chesem'.

En 1755, sus superiores lo nombraron embajador en Europa, y su viaje comenzó primero en Italia, pasando por Francia y finalmente en los Países Bajos. Después regresó a Israel, pero en 1770 fue en otra misión a Turquía, Grecia, Túnez e Italia. Cuando reunió lo suficiente para los pobres de su ciudad natal, Hebrón, regresó a Israel pero en el camino hizo escala en Francia, Holanda e Inglaterra.

Cuando viajó por tercera vez a Italia -en 1778- se instaló en la ciudad de Livorno, donde permaneció hasta el final de su vida. Durante su vida, el Jida fue autor de más de cincuenta libros, y su gran talento se expresó, entre otras cosas, en localizar manuscritos raros, de los cuales registró en un pequeño cuaderno las hermosas innovaciones de la Torá que amaba. Posteriormente, estos cuadernos en los que registró sus viajes se convirtieron en su libro 'Megal Tov'. Cuenta, por ejemplo, alrededor de 1.300 sabios desde la época de los Genios hasta nuestros días, así como 2.000 libros y manuscritos raros que encontró en sus viajes. En 'Un buen círculo', el Jida describe sus viajes, su forma de pensar, sus costumbres y su forma de vida en las distintas comunidades a las que llegó.

Como bibliógrafo, cabalista, historiador, escritor, gran erudito y uno de los más grandes jueces halájicos, el Jida incluso se dedicó a la Cabalá práctica. Aunque murió en Italia y fue enterrado en su ciudad de residencia de Livorno, en el año 1960, sus huesos fueron traídos a la tierra de Israel y enterrados en Jerusalén, su ciudad natal.